jueves, 29 de septiembre de 2011

Lo más lejos que quiero estar de ti es a tu lado

          Los dos a solas pasando las horas. Dejándonos llevar por la brisa que acaricia nuestros cuerpos envueltos de ternura. Rayos de pasión que asoman por la ventana. Una vela encendida alumbrando la habitación con su tenue luz. Siento calor, podría proceder de la llama, pero no es así, es un calor distinto, es un calor en mi interior. Me miras, sonríes, me abrazas, me besas, me dices que me quieres, me agarras de la mano y me dices un "siempre" que suena convincente. Ya estamos agotados, te quedas dormido cogido de mi mano. Amanezco y ya no estás, te busco y no te encuentro, tengo miedo de perderte. Pero de pronto apareces por la puerta con el desayuno en la mano y una rosa preciosa entre tus labios. Dejas el desayuno sobre la cama, me das la rosa y me dices que no tenga miedo de perderte, que no te quieres marchar de mi lado, que pase lo que pase quieres estar ahí, junto a mí.